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Juan Zurita: Traffic

 

Lo más sorprendente de la reciente serie de obras de Zurita, Traffic (2016-presente), es su capacidad para combinar sin problemas narrativas dispares en un lenguaje visual cohesivo. Temas del paisaje, la cultura digital, la fotografía, el ámbito urbano, la vigilancia, la factura pictórica y la tecnología se filtran a través de la aparente abstracción de sus composiciones. A primera vista, lo que parecen ser fondos difusos e indescriptibles (que actúan como el sustrato de sus pinturas) son en realidad paisajes urbanos borrosos capturados por cámaras de tráfico. Estos fondos nebulosos insinúan una forma de representación, lo que agrega una capa de ambigüedad visual. De colores pastel, suavizados e intrigantemente desenfocados, estos paisajes se alejan de la realidad lo suficiente como para sugerir una sutil disonancia óptica. Al filtrar estas imágenes a través de una lente digital, Zurita contrasta el suave resplandor de sus fondos urbanos, colocando capas de cuadrículas hipersaturadas de cuadrados de color: rojos, verdes y azules que aluden al RGB y  la codificación de colores LED y tecnología de pantallas, mientras que las audaces franjas blancas abstractas, puntos, guiones y líneas imitan el procedimiento aleatorio de las marcas dibujadas por ordenador, ejemplificando una aguda percepción de la era de la conciencia digital en la que Zurita opera.

A pesar de no ser un “nativo digital” (término que se refiere a la generación nacida después de Internet, 1989), Zurita es un excelente ejemplo de un “artesano digital”. Este término describe a aquellos que han aceptado más fácilmente la situación de la tecnología dentro de su práctica como resultado de su presencia inmediata y omnipresente dentro de sus vidas. Como muchos artesanos digitales que hacen pinturas que reflejan nuestra relación contemporánea con la tecnología y su presencia cada vez más amplia siempre en nuestras vidas, Zurita hace referencia a las convenciones de la historia del arte. Tales referencias incluyen la tradición de la pintura de caballete y la abstracción europea, que actualiza para alinearse con los lenguajes digitales recientes, para reflejar la cultura de la información de ritmo acelerado que encapsula la sociedad del siglo XXI. Específicamente, actualiza este discurso haciendo referencia a la pantalla, una entidad global y una presencia omnipresente en la vida de la mayoría de nosotros. Sus pinturas, entonces, son posiblemente análogos físicos de la pantalla de ordenador utilizada en la producción de sus composiciones pictóricas, y una declaración sobre la naturaleza de la cultura de la pantalla en general.

Operando en el marco de la sociedad contemporánea y la cultura de la imagen de un mundo obsesionado con los nuevos medios, Zurita se compromete con el concepto de lo que él llama "La Gran Ciudad" como paradigma de la sociedad occidental, como contenedor y contexto de un mundo que está cambiando continuamente. Un mundo físico de ritmo rápido, que nunca duerme, que refleja su contraparte digital, en un estado de flujo perpetuo, que está sujeto a construcción y deconstrucción: la jungla de cemento se encuentra con la placa de circuito. Las superautopistas de la información están representadas en su trabajo por autopistas literales (aunque en forma abstracta): el ajetreo y el bullicio compartido entre la información y la actividad humana "en la vida real" (en ingles “IRL”) ligada entre sí a través de una metáfora visual inteligente.

Haciéndose eco de la topografía cambiante de las ciudades del mundo real, Zurita construye y deconstruye imágenes a través del procesamiento de imágenes digitales. Al igual que sus contemporáneos de pintura con conciencia digital, la construcción de las pinturas de Zurita se basa en un método de trabajo híbrido. Específicamente, combina técnicas de pintura tradicionales con formas de manipulación de imágenes digitales y dibujo que llegan a formar los "bocetos" iniciales que luego utiliza para crear sus trabajos finales. Al trabajar de esta manera, los procesos de manipulación digital de las imágenes a las que hace referencia son deliberadamente evidentes en sus composiciones finales. Estos se representan a través de la traducción de gestos informáticos en superficies de pintura analógicas a través del manejo práctico del material, lo que finalmente produce una experiencia tangible, pictórica y óptica basada en la realidad. Al interpolar capas de información visual abstracta, fragmentada y gestual, una estética nítida, casi renderizada por ordenador, es evidente en sus pinturas finales; una precisión que denota un dominio de la pintura interdisciplinar.

A través de este proceso de trabajo, Zurita vincula el mundo digital con la pintura, ya que le interesan los códigos de interpretación que encuentra en las nuevas tecnologías y cómo estos pueden mantener el concepto de pintura en continua evolución. El “tráfico” de imágenes e información visual actúa como una metáfora en su obra, que representa el entusiasmo de la sociedad contemporánea por la cultura online, que ha comenzado a alterar radicalmente nuestra percepción del mundo, modificando la forma en que los humanos experimentamos la realidad. El trabajo de Zurita, aunque funciona como una declaración sobre la presencia de la tecnología en nuestras vidas, también se puede clasificar como una forma actualizada de pintura de paisajes que refleja la era de los nuevos medios. Esta afirmación no es casual, ya que su obra revisa la temática del paisaje urbano, utilizándolo como metáfora social, como reflejo de la imagen en la sociedad actual y de la transformación que ha experimentado con la llegada del mundo digital. Además, su trabajo se relaciona con temas artísticos y sociales más amplios, específicamente, un contexto post-digital de la pintura.

Acuñado por el compositor Kim Cascone, resume la estética “Post-digital” como: ‘El período revolucionario de la era de la información digital seguramente ha pasado. Los zarcillos de la tecnología digital han tocado a todos de alguna manera.’1 Como tal, Zurita sigue un largo legado de artistas comprometidos con el uso de la tecnología. Desde sus inicios paleolíticos hasta su intervención digital, la pintura siempre ha compartido una relación con las tecnologías de su tiempo. Desde el uso de la cámara oscura durante el Alto Renacimiento, el flirteo de los impresionistas con la fotografía temprana, el uso de ordenadores rudimentarios en la pintura de mediados del siglo XX, hasta la multitud de software digital y métodos de fabricación mecánica a los que los artistas tienen acceso hoy la pintura es en gran medida un medio tecnológico. Esta observación resuena con la afirmación del filósofo Nicolas Bourriaud: ‘Seamos realistas: los artistas ahora tienen acceso a la información y todos usan la misma caja de herramientas.’2 Esta “caja de herramientas” de métodos y técnicas a la que se refiere Bourriaud, es evidente en la práctica interdisciplinaria de Zurita, así como el concepto de información y sus manifestaciones contemporáneas como una entidad digital en red que sirve tanto para unificar como para mistificar. Más específicamente, el enfoque de Zurita sobre la pintura opera como ‘una hibridación de la experiencia analógica y digital que surge como algo completamente diferente de las clasificaciones analógicas y digitales constituyentes.’3 La capacidad de navegar entre entornos analógicos y digitales, a través de la manipulación de medios y nuevos medios, es un atributo vital del exitoso artesano Post-digital, y algo que Zurita hace sin esfuerzo en su serie Traffic.

Como testimonio de la capacidad transformadora de la sociedad, y por supuesto de la pintura, Zurita cree que la futura innovación tecnológica dentro de las prácticas artísticas evolucionará en paralelo al mundo digital. Como tal, él, junto con sus contemporáneos artesanos digitales, actúa como custodio de la pintura y su vitalidad perenne, continuando el discurso histórico de la respuesta de la pintura a las tecnologías de su tiempo: la innovación encarnada por artistas pioneros como Zurita.

James Frew

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 1   Kim Cascone, ‘The Aesthetics of Failure: ‘Post-Digital’ Tendencies’, in Contemporary Computer Music, (Computer Music Journal, vol. 24, no. 4, Winter 2000), p. 12.
 2   Bartholomew Ryan & Nicolas Bourriaud, ‘Altermodern: A Conversation with Nicolas Bourriaud’, in Art in America, (Art in America Online, 2009).
 3   James Frew, ‘Digital Facture: Painting After New Media Art’, in PhotographyDigitalPainting: Expanding Medium Interconnectivity in Contemporary Visual Arts Practice, ed., Carl Robinson, (Cambridge Scholars Publishing: United Kingdom, 2020), pp. 56 - 57.

 

 

©2020 Juan Zurita Benedicto