Versión escaneada


Juan Zurita


La percepción de la realidad siempre tiene una connotación individual y subjetiva. En el arte se intenta acotar, desde la estética, la proyección de esta percepción sobre otro soporte tangible, aunque después el resultado evoque al espectador otras realidades que el realizador quizás nunca habría imaginado. Es el poder evocador de la imagen, como significante, pero incapaz de delimitar el enorme continente de significados. De aquí su magia. La vida se puede convertir en un proyecto de realidad, en la busca de un sentido que no tan sólo complazca el acompañamiento del tiempo.

TODO POR LA PINTURA.
 Juan Zurita, a primer vistazo, podría parecer un explorador polifacético. Su discurso se manifiesta en diversos soportes: el vídeo, la fotografía y la pintura. Sorprende la unidad del contenido, y es por eso que puede ser considerado un explorador de la imagen. El tema es recurrente: la gente, la ciudad, el movimiento. Pero lo disecciona, casi como un científico. Primero grava con vídeo las escenas que le interesan de la realidad en que él percibe, casi siempre del ambiente urbano cotidiano. Después trabaja los fotogramas, y de aquí su vínculo con la fotografía. Todo este trabajo de secuencias es previo, como una especie de esbozo, para el resultado final plasmado en pintura. Esta parte pictórica es la que Zurita considera más relevante en su obra. Dice que "el paso del tiempo fragmenta la realidad y queda el recuerdo de una sensación, de una imagen con la cual construimos la nuestra propia verdad".
la exploración de la imagen, desde su primera captura en vídeo propone otras realidades que nada tienen a ver con el contexto de dónde fue extraída. Ahora pertenece al universo expansivo del lenguaje artístico.

COLORES DE LA NOCHE. La vibración de la luz, sus cambios constantes que ya preocuparon los impresionistas en sus pinturas “à plein aire”, aparece en las obras de Zurita con otras intenciones. En una era en que el asesinato de la noche parece una trama más bien novel-lesca, la fascinación por los neónes, el contraste de luz y oscuridad, dan lugar a escenarios donde es difícil discernir entre la realidad y la ficción. Parece que todo aquello cogido por el objetivo de una cámara pertenece a la realidad, pero existen tantas verdades como miradas hacia la realidad, y eso es lo que Zurita transmite en sus obras: "Lo que busco en la imagen es una visión propia, subjetiva de la realidad. Una realidad diferente para cada uno de nosotros, la esencia de la ciudad."

DISTORSIONES. La evolución de su obra plástica, como si de un movimiento pendular se tratara, pasa del verdadero realismo a la desaparición total del objeto, restando tan sólo el espacio donde se refleja el cuerpo de la luz. Esta distorsión de una misma realidad parece encontrar el punto de equilibrio en las últimas obras, donde el referente es perceptible y el concepto gana terreno al efecto.
El mundo cambiante, dentro de la orden del universo, parece una fuente inagotable de trabajo para este explorador de la imagen.

Pilar Giró

 

©2020 Juan Zurita Benedicto